Nació en Melo (Departamento de Cerro Largo) el 25 de julio de 1912 trayendo consigo ese emblema poético que marco su vida, su espíritu, su esencia de ser humano. Desde ahí Cezarina estará siempre donde está la poesía. Con ella en la sangre vino al mundo, con ella vivió el resto de su vida.
El Ministerio de Instrucción Pública la nombró en misión oficial a Rio de Janeiro (Brasil), en un acto consagratorio como intérprete del buen decir, ilustrando conferencias sobre escritores uruguayos logró enaltecer a nuestro país.
A partir de entonces se dedicó a la docencia. Su frase característica fue "no hay docencia verdadera sin una verdadera capacidad de amar" y pudo realizar su sueño de llevar la enseñanza de la poesía al interior del país, abriendo 22 filiales en distintos Departamentos de nuestra República.
Fue Directora de la Escuela Nacional de Declamación "Concepción Antonelli de Requesens" por más de 25 años, hasta su desaparición física el 19 de setiembre de 1979.